No alcanzar los objetivos de ventas era una de las razones que frustraba a uno de nuestros clientes que opera su negocio de manufactura en el Bajío.

Por más que destinaba grandes esfuerzos e inversión en convertir a su empresa en una de las más importantes en este giro dentro del país, no veía cómo lograr el objetivo que se había propuesto desde hace algunos años.

El problema consistía en que el dueño se enfocaba tanto en lo que deseaba que no prestaba atención en las oportunidades de hacer negocio por otras vertientes.

Y cuando existe una obsesión por conseguir una meta sin mirar a tu alrededor, simplemente pierdes oportunidades.

En el caso de este empresario, no se había percatado del impacto que el nearshoring podría significar para su empresa.

Actualmente la situación es diferente.

Ha estado trabajando en una meta transformativa de diez años con una mentalidad de cambio en la manera de vender, costear y operar la empresa.

Esto le ha permitido tener una nueva visión en la que apunta a aperturar operaciones en Estados Unidos y Sudamérica.

¿Por qué se estancan las empresas?

Uno de los síntomas que aquejan a las empresas que se encuentran en vías de crecimiento es que no saben cómo hacerlo.

Empiezan a estancarse por falta de dos herramientas claves: dirección y capacidad de ejecución.

Tener una ruta de crecimiento en base a un BHAG (Big Hairy Audiacious Goals) es la guía que indica el camino que se debe tomar para llegar a la meta deseada.

Esto implica definir una meta grande, audaz, que te ponga nervioso y te entusiasme a la vez.

Sin embargo, un error en este ejercicio es que mientras se trata de definir la meta, pensar en el cómo resulta abrumador y detiene el proceso.

Por eso siempre recomendamos que primero pienses a dónde quieres llegar y que esto te entusiasme a tomar las acciones pertinentes para lograrlo.

Que sea una meta que refuerce los fundamentos de tu negocio, te transforme, te obligue a cambiar, a pensar y actuar diferente. 

También es necesario conocer las acciones a evitar para no perder el rumbo en la consecución de tu meta empresarial.

Enfócate en los diferenciadores de tu empresa

Otro factor relevante es la identificación de tus diferenciadores.

Y no solo nos referimos a los relacionados con precios o características de productos y/o servicios.

También es importante evaluar los diferenciadores internos, es decir, la forma cómo contratas personal, su desarrollo profesional y la administración de tu capital de trabajo.

Pues finalmente son ellos el combustible que impulsarán a tu empresa a su crecimiento exponencial.

Al tener bien claro estos puntos se aclara el panorama y podrás visualizar más fácilmente las oportunidades de negocio que puedes alcanzar.

Con herramientas como el BHAG o el Flywheel podrás adquirir en tu equipo de trabajo mayor practicidad en la gestión estratégica.

Además de disciplina en la ejecución de decisiones y claridad en el avance colaborativo de la empresa.

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